Tu una tila, yo un cafe.
Tu temprano, yo tarde.
Tu arreglada, yo harapiento.
Tu malboro, yo chicle.
Y a pesar de todo, de nuevo nos encontrabamos en el mismo momento y en el mismo lugar. Alli estabas de nuevo. Vi tus ojos y despues tu cara. Estabas mas gorda pero me seguias pareciendo preciosa. Te miraba y sabia que eras como otra cualquiera o hasta peor, pero a mi me resultabas preciosa, y eso me jodia.
De nuevo yo yo y mas yo, de nuevo las penas y los dramas, de nuevo las peliculas y los culebrones. Al menos estuvimos de acuerdo en algo: no se puede construir una casa, si los pilares fallan.
Yo te digo que yo he cambiado, y tu me dices que sigues siendo la misma. La tila no te impidio fumar un cigarro tras otro, mientras que yo contenia mis gestos. El sobre; el dinero que no cuadra, la carta que no cuadra. Las promesas que no cuadran y te miro a los ojos y te sigo viendo preciosa. Y la carta no cuadra, el dinero no cuadra, la tila no cuadra con tu fumar incesante.. nada cuadra.
Pago la cuenta, como casi siempre. Salimos de la cafeteria. "Adios", adios que se dice y que realmente siento. Pero no me puedo ir asi, necesito tocarte... olerte... sentir tu figura...y te abrazo. No duro mucho, al menos eso es lo que todavia siento. Nunca hubiese sido suficiente.
Tu al autobus, yo al metro.
Voy hacia la boca, cabizbajo. Lentolento...muy lento. Toda la gente me pasa por la izquierda y por la derecha, mis lagrimas asoman por mi cara pero no me importa. Me meto en el metro, me siento, y vuelvo a llorar.
Las lagrimas se van...y yo cojo el metro. ¿Proxima estacion?
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