Todos grises y yo naranja, poco color en la sala. La misma anfitriona renuncio por otros al naranja y colores intensos por lo demas. Recurrieron al alcohol para ahogar sus penas y excusar sus conductas. Mis caderas y las tuyas pretendian marcar el ritmo mas alla de la musica mientras que los demas contemplaban medio indignados medio curiosos el danzar de los cuerpos.
Me dices lo que te dicen, te digo lo que no diria cuando tu estas, te digo lo que creo que debo decirte para que los demas te digan, pero todo el mundo calla, mira y no dice lo que es, yo soy y digo lo que pienso, yo bailo y siento el ritmo, el compas, el baile, la gente, mis amigos.
Y hablo con quien merece la pena y las cosas vienen solas y las personas se van solas, y volvemos a bailar mientras el humo ahoga las miradas, ahoga la pena y la espera del estar donde no quieres estar.
Pero yo te miro y a pesar de no saber donde esta tu iris puedo saber cuando tus ojos brillan de alegria y cuando es el momento de bailar y olerte una vez mas dando color naranja y color negro al evento.
Grises, miradnos bien porque vivimos como queremos y como somos. Vuelve a mirarme, tu mirada no es quien para juzgarme porque se que tu deberias de agachar la tuya si yo te mirase.Infelices son aquellos que viven una vida gris que no quieren vivir, los que no bailan por saber que diran, los que no beben por no querer ser pesados, los que no son lo que son.
Te sentiste juzgado?
ResponderEliminarA la mierda todos los grises, el color lo pusisteis vosotros, y el color también.
ResponderEliminarUna lírica de puta madre, sí señor; de vez en cuando se agradece un poco de vida para el alma.
ResponderEliminarYaneyre: no juzgeisy no sereis juzgados.
ResponderEliminaranonimo: gracias por la parte que me toca.
davidopoulos: gracias por lo de la lirica pero....la verdad es que soy una mierda en esas cosas